Tonterías


Esta tarde tenía cierto cabreo y el cuerpo me pedía que echase algo de leña a la hoguera. Vamos a quejarnos un poco. Incluso llegue a comenzar un post para la sección Quejándome.
El caso es que ha sido llegar, cambiar el disfraz, ver a Silvia pintando cosas para sus niños, ponerme después "1999" de Love of Lesbian y más tarde una selección de Quique González... y se me ha pasado. A veces no hay nada como frenar, respirar un poco y esperar a ver qué pasa.

Sí, vale. Todo ahí fuera sigue igual, los vecinos armando jaleo, más paro, empresas y familias arruinadas, Grecia que se agarra a la UE, los haitianos siguen quitando escombros... Pero a veces, no está de más meterte en tu rincón preferido, cruzar tu puerta secreta, tumbarte en tu sofá favorito, abrir un libro y evadirte, escuchar algo de música.
Hoy en día nos llega mucha información. Mucha prisa. Mucho demasiado. Rebosa.

No es cuestión de ponerme místico, ni trascendental, ni flipar mucho más que de costumbre. No creo haber descubierto la rueda, al menos no a los demás. Sólo me gusta darme cuenta que, a pesar de cumplir cada vez más años, de que los vicios e inercias se extienden cada vez más rápido, más perennes por tus células, todavía es posible aprender de errores pasados y enseñarte a vivir mejor contigo mismo y con lo que te rodea. A pesar de lo que digan algunos.
Si quieres, enfócalo como un tema de salud mental. Cada quien tiene sus válvulas de escape. Hay quien grita, hay quien se va al gimnasio, hay quien se masturba, hay quien compone música, hay quien se tira media hora sentado en el váter, hay quien se da cabezazos contra la pared...
Ni voy a juzgarlas ni espero que tú lo hagas con la mía. La mía está aquí. Con Silvia trabajando a mi lado, con mi estereo susurrando y soltando lastre al teclado. FYI

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