Ambición


ambición.
(Del lat. ambitĭo, -ōnis).
1. f. Deseo ardiente de conseguir poder, riquezas, dignidades o fama.



Según en qué contexto, el referirse a alguien como ambicioso puede llevar implícitas connotaciones negativas o positivas.

Así, cuando queremos criticar ciertos comportamientos reprobables de alguien que está medrando a ojos vista, podemos decir: "Es tan tremendamente ambicioso, que no le importa pasar por encima de quien se le ponga por delante. Vamos, vendería hasta a su madre si hiciese falta". E inmediantamente, cualquiera de nosotros ya le imagina vendiendo su alma al diablo. El tio capullo, andever.

Pero, por ejemplo, en un entorno laboral, la ambición puede ser considerada como un valor positivo, sobre todo por los empleadores. Me los imagino reunidos, brainstormingueando: "Necesitamos un tio que no le importe echar mil horas en el curro a cambio de unas cuantas promesas de ascenso o remuneración", dice uno. "Ya pero tenemos que tener cuidado con que no cree mal ambiente con el grupo de trabajo", dice otro. "Anda ya, ¡Que se pongan las pilas! Seguro que un tio como este, les motiva más...", dice el primero. Puede que no siempre sea así, pero no me negaréis que en muchos casos hay responsables como esos que valoran más un trepa currante, que un seta de buen rollo.

En mi opinión, la ambición de por sí no tiene porqué ser buena o mala. Todo depende de qué se esté dispuesto a hacer o a sacrificar, en aras de tan ansiado objetivo. Es más una cuestión de estilo de vida.

El caso es que cada vez veo más claro que no soy una persona ambiciosa. ¿Me gusta tener dinero para comprarme cosas? Pues sí, claro. ¿Me gusta que reconozcan mi trabajo? Of course. ¿Qué estoy dispuesto a hacer por más reconocimiento, por más dinero, por más mando...? Pues muy poco la verdad. ¿Sacrificar tiempo libre, amistades, relaciones? ¿Ir saltando de trabajo en trabajo, buscando más dinero, más poder? Nanay. Señores empleadores del futuro, conformensé con mi trabajo bien hecho (no sé por qué, pero de lo que no me he librado es de ser estricto en el cumplimiento de mis tareas mucho, quizás demasiado, pero eso es otro tema) y, como mucho, guante de seda. Intento sustituir todo el énfasis que antes gastaba en la obtención de reconocimieto laboral, por buen rollo con mis compañeros de trabajo y con las personas de mi grupo. Ya que tienes que pasar ocho horas al día haciendo cosas que no te emocionan, intenta al menos que todo fluya. Unos dicen que es falta de ambición, yo prefiero hablar de adaptación. Si te falta colmillo, saca el guante.

Antes, cuando era más joven, era otra cosa. Le echaba horas, hacía más de lo que me pedían en mi trabajo, pero no era por medrar, sino más bien por obtener reconocimiento (no me pasaba sólo en el ámbito laboral, si no también en el personal, pero, otra vez, esa es otra cuestión) El caso es que no sé si porque allá donde he caído, de poco o nada ha servido que trabajase con celo y dedicación, me he terminado curando de ese mal. Gracias a todos los jefes, que han ayudado a quitarme la venda.
Ahora, lo único que quiero es que mi trabajo me moleste lo menos posible, y si hay días que logro que me entretenga, mejor que mejor. Llegar a la cúspide de la pirámide de Maslow, fuera del trabajo. Con mi pareja, con mis amigos, con mi familia... Eso sí.

No está mal. A muchos les ha costado una vida entera aprenderlo. Yo ahora sólo tengo 35.

5 comentarios:

alectoria01 dijo...

Nos empeñamos en ver las cosas de forma piramidal poque estamos programados para ello. Creo que al final lo único que existe es el camino. Ni siquera es la meta, si no el camino.

Solo que a veces se retuerce más de la cuenta.

A veces, también discurre por paisajes muy extraños.

Macho, no se que me pasa que me pongo a pensar en abrir una cuenta de facebook y me empieza a doler la tripa.

No te salgas del camino.

luismi dijo...

Querido aleactoria01,

Coincido contigo en una cosa, la mayoría de las veces, lo único que existe es el camino. La meta, el horizonte esta ahí, pero casi siempre lejos, una referencia. Al final lo que sufrimos/disfrutamos/compartimos la mayoría del tiempo no es otra cosa que el camino. Lo que vivimos en nuestro viaje en pos del horizonte.

¿Y cuál es el objetivo/meta/horizonte último de cualquier persona? Aunque hay opiniones para todos los gustos, yo lo tengo bastante claro. Para mi, no es otro que ser féliz. Al ser esto algo terriblemente subjetivo (para cada quien la felicidad consistirá en algo totalmente distinto), los medios para alcanzarlo son de lo más variopintos. Cada uno busca esa meta, ese objetivo a su manera.

Para algunos la felicidad es amasar riquezas o poder, y para otros pan. Para otros tantos consiste en disfrutar de sus seres queridos, y para otros cuantos catar cuanto más mejor (gentes, lugares, sensaciones...). Expectativas las hay para todos los gustos. Incluso hay para quienes su felicidad depende o no de tener una cuenta en facebook o tuenti. De todo hay.

Muchos de esos objetivos requieren de unas cuantas toneladas de ambición, otros unos cuantos kilos y otros tan sólo unos gramos. Dependerá de dónde partes y hasta dónde quieres llegar. Por otro lado, en ese caminar con las alforjas cargadas de más o menos ambición, al final todo se reduce a adaptar o adaptarse. Adaptar el entorno a ti o adaptarse uno mismo a lo que le rodea. Lo que menos cueste.

Toma ya, que denso que me ha quedado...

alectoria01 dijo...

vete a tomar por el culo

luismi dijo...

Pero con cariño... Eso sí

alectoria01 dijo...

¿Eh?

Ah, si. Eso si.